jueves, 25 de diciembre de 2008
sábado, 20 de diciembre de 2008
COMERCIO DE COMESTIBLES: UN COMERCIO QUE NO LLAMA LA ATENCIÓN. El pecio de Pabuç Burnu, siglo VI aC
El pasado mes de octubre se ha publicado el número 4 del volumen 112 de American Journal of Archaeology. De este número nos gustaría destacar el artículo de GREENE, E.S.; LAWALL, M.L.; POLZER, M.E. (2008) "Inconspicuous Consumption: The Sixth-Century B.C.E. Shipwreck at Pabuç Burnu, Turkey" (pp. 685-711).
En la imagen, zona de localización del pecio
En él se hace un repaso-resumen a los resultados de las excavaciones de una nave hundida en el segundo cuarto del siglo VI aC, al sudeste de Halikarnassos. Se trata de una embarcación de cabotaje no demasiado grande; aproximadamente de entre 17-18 metros de largo (y menos de 10 toneladas de peso).
Éste mercante, nos ofrece una muestra de cómo eran los barcos con los que se practicaba el comercio en época griega arcaica. A bordo, se hallaron entre 250 y 275 ánforas originarias del Este del Egeo. Ello, junto a los restos de uva y aceitunas, confirmarían el carácter de comercio agrícola de la carga. Las ánforas eran probablemente de fabricación rodia. Algunas procederían del sur de la Jonia, otras de Klazomenes y se ha detectado un fragmento de ánfora de Lesbos. Un aspecto interesante consiste en la gran variedad de la capacidad de las mismas (mayor a un 30% de variabilidad entre los tipos), lo que indicaría una fase incipiente de estandarización de los recipientes. Han aparecido, asimismo, fragmentos de cerámica procedentes de toda la región focea.
La carga incluía, lo que parecen cuatro morteros, que los autores consideran como una posible medida de capacidad para áridos. Lo mismo sucedería para líquidos con otras cuatro jarras halladas.
El hallazgo posibilita la tesis de estar dirigido a un comercio secundario por toda la costa turca e islas próximas. La conclusión de los autores es la existencia de una circulación mercantil de productos agrícolas , a la vez aque nos muestra una práctica de navegación de cabotaje, enmarcada en una estructura que no es ni el comercio de objetos de lujo -cantado por los poetas de los tiempos heróicos-, ni tiene que ver con la brillantez de los mercados más evolucionados de época clásica.
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martes, 16 de diciembre de 2008
IO SATURNALIA: ¡ALÉGRESE QUIEN RESPIRA A LA ROSADA LUZ DEL DÍA!
Porque la Navidad, los días del Sol, son un renacer a nuestras emociones, porque nos sentimos felices de ver cada día un gran astro luminoso que nos renueva, porque queremos seguir comunicándonos con los amigos durante todo un año más a través de éste bloc de libre expresión, que nos dure muchos años (sobre todo, la expresión libre).
Como felicitación de éstas Saturnales os ofrecemos tres regalos, como los Magos de Oriente:
"Alégrese quien respira
Schiller, pintura de
Ludovike Simanowiz, 1793
INCIENSO, como el humo que desprende la bruma del telúrico amanecer, en la montaña mágica de Montserrat...
MIRRA: el aroma y la pasión del amor, y el respeto individual que merece, simbolizado para la ocasión por las hojas del ginkgo enganchadas en el poema de Goethe del mismo nombre.
El Ginkgo biloba es un árbol de presencia muy antigua, un verdadero fósil vegetal. “El superviviente cabello de venus” de Hiroshima, es un ejemplar que logró soportar la gran bola de fuego a solo 1 kilómetro de la explosión. Este Ginkgo se encontraba en uno de los jardines de un templo budista de la ciudad. Se le dió por muerto, pero los brotes de la primavera de 1946, demostraron lo contrario, y la fortaleza de esta especie y de este ejemplar en particular, que se mantiene con vida en nuestros días, simbolizan así la esperanza. Actualmente, Hiroshima se ha convertido en un manifiesto viviente a la paz y este Ginkgo es un claro ejemplo de la lucha por la vida, contra la que no se debe atentar.
Ginkgo junto al templo budista de Hiroshima. Foto Annaku-Hi
Volviendo a Goethe, el poeta busca en sus versos, la analogía entre la hoja del árbol y la unión de dos que se aman. La unión a la que alude no es la limitada absorción del uno por el otro, sino la permanencia de los dos, dos personas diferentes, con sus propias individualidades, aunque el amor los funda en sólo uno. Los afortunados que amamos, sabemos que la verdadera unidad en la pareja, exige la diferencia de los dos seres que se aman, por muy difícil que resulte a veces. El amor del poeta por Marianne von Willemer (Suleika), es uno y doble.
El árbol que fue la fuente de su inspiración lírica en 1815, creció en Heidelberg, Alemania. Nuestro regalo que simboliza la mirra, es además de ésta serena reflexión sobre el amor y el respeto a la individualidad, la reproducción del manuscrito original del poema que, publicado por su autor en la obra 'West-östlichen Divan' (libro Suleika) de 1819, fue titulado 'Ginkgo biloba'. El original se conserva en el Museo Goethe, Düsseldorf (Alemania), mide 21,4 x 32,7 cm, y las hojas de ginkgo que lo rubrican, fueron pegadas a él por el mismo poeta. Por cierto, que hemos superpuesto una traducción libre del alemán.
¡Ah!, y si conseguís una hoja de ginkgo, guardarla dentro de vuestro libro de lectura, pues lo protegerá de los Lepisma sacharina, aquellos bichejos terror de bibliotecas y archivos. Es rigurosamente cierto...
(AVE SOLI INVICTVS)
Gratias maximas vobis
lunes, 15 de diciembre de 2008
FRUTAS DE SARTÉN, DELICIOSAS FRUTAS DE INVIERNO
Como "miel sobre hojuelas" son las frutas de sartén: almojábanas, buñuelos, piñonates, riscos, rosas, sequillos, sopaipas, alfinges, angoejos, angüejos, anzuelos, arrepapalos, calentitos, carbonadas, churrascas, cohombros, enmelados, fartes, filloas, frisuelos, fritillas, gajorros, gañones, gañotes, gaznates, melindres, piñonates, gusanillos, juncadas, orejas de abad, panes aromatizados, rebozados y fritos, pestiños, churros, porras y tejeringos, roscos, rosquillos y rosquillas fritos, sombreretes, esponjas, esponjuelas y hojarascas, borrachuelos, hojuelas... Dulcería ancestral son sin duda esos delicados bocados de nuestra repostería mestiza que la joven y lozana Aldonza, de raíz sefardí, pizpireta protagonista de Francisco Delicado, exhibe en parte, en el mamotreto segundo de ese singular, entre otras cosas, compendio gastronómico del Siglo de Oro español.
Las frutas de sartén son los manjares dulces que recoge El Quijote (a la izquierda, KuanUm!, pregón de las fiestas de Primavera en Ciutadella, Menorca: Duelos y quebrantos)
"(..) Contó Sancho más de sesenta zaques de más de a dos arrobas cada uno, y todos llenos, según después pareció, de generosos vinos; así había rimeros de pan blanquísimo, como los suele haber de montones de trigo en las eras; los quesos, puestos como ladrillos enrejados, formaban una muralla, y dos calderas de aceite, mayores que las de un tinte, servían de freír cosas de masa, que con dos valientes palas las sacaban fritas y las zabullían en otra caldera de preparada miel que allí junto estaba. ". Y continúa Cervantes con su relato: "Todo lo miraba Sancho Panza, y todo lo contemplaba, y de todo se aficionaba: primero le cautivaron y rindieron el deseo las ollas, de quién él tomara de bonísima gana un mediano puchero; luego le aficionaron la voluntad los zaques; y, últimamente, las frutas de sartén, si es que se podían llamar sartenes las tan orondas calderas(..)".
Degustando las delicias de sartén del Molino de Matazorita |
Deliciosa fruta en sartén de Juan, nuestro amigo neomolinero de Matazorita. |
El romano Apicio, a quien rememoran Francisco Delicado, en boca de Lozana, y Miguel de Cervantes, en boca de Sancho, nos ofrece en alguna receta éstas mismas frutas calientes: ¿qué son, si no aquellas "ova sfongia ex lacte" que se recogen en su De Re Coquinaria ("De las cosas de la cocina", libro. 7, 13, 8), o aquellos aliter dulcia ("otros dulces") que se leen en la misma recopilación culinaria romana? Pues simplemente masas fritas, deliciosas masas fritas, con o sin huevo, leche, harinas, hasta panes reciclados –como las castellanas torrijas, en Cataluña, "torradetas de Santa Teresa", preciados dulces mediterráneos aromatizados con vino, o anís verde, ajonjolí, entre otras semillas de olor, y bañados en miel, arropes, o, andando el tiempo y con el encuentro de la dulcería árabe, azúcar de caña y después canela.
Con estos días tan frescos añoramos aquellos picatostes de pan endurecido que la abuela Emilia freía en denso aceite de oliva para que el tío Desiderio desayunara cuando venía de Mallorca, y que nuestro tío acompañaba con una taza de café de puchero que inundaba de aroma la cocina de carbón con hornillas de hierro. ¡Olor a carbón quemado avivado con teas resinosas!
¿Y las delicadas flores fritas? Por casa se conservaba un molde forjado por el habilidoso abuelo Julio en su herrería de Tébar.
¡Aaahhh, los churros!, añorados buenos churros, portadores de recuerdos del establecimiento del barrio, con su flamencona churrera al frente, que los freía y servía al cobijo de aquella pequeña caseta de chapa pintada de verde, junto al Huécar, allá en la puerta de Valencia de Cuenca, o de aquellos otros churrillos divinos, que aún pudimos comprar ensartados en sus juncos, en las calles de Madrid. Eran años de vida estudiantil, cuando al final de nuestra larga y joven noche madrileña, descendíamos con premura a las profundidades de la churrería de San Ginés para, al calor de la taza de chocolate, sentir entre los dientes ese crujir de la masa bien elaborada y frita.
¡Que recuerdos gravados en la memoria de nuestros sentidos!, y ¡que conquistas culinarias surcaron océanos a lo largo de la historia! Y los surcaron, ¡en serio!, y para prueba un botón, y si no, aquí va la imagen que la amiga Sandra Ruano, desde Melbourne (Australia), colgó en su blog "Canguros y otras bestias boca abajo", por cierto, ¡un abrazo desde las antípodas para la pareja de amigos aventureros!
Habla también de ellos, para más señas, el novelista norteamericano James A. Michener, quien tras saborear una taza de chocolate con churros en un pueblo castellano, escribió aquella exagerada frase de que: "un pueblo que se desayuna cada día con chocolate con churros debería estar dispensado de demostrar su valor de otra manera".
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jueves, 11 de diciembre de 2008
LIMONES EN CONSERVA, SABOR ÁRABE
Hace dos semanas, iniciamos nuestro nuevo programa de dinamización del Museo de Sant Boi de Llobregat, que lleva por título "Los objetos nos hablan", y lo comenzamos con el taller "Cajón de aromas", a propósito de un precioso especiero de fabricación valenciana en la década de 1940, que se conserva entre los fondos del Museo.
· 1 cucharadita de jengibre
· ½ cucharadita de canela molida
· ¼ de cucharadita de pimienta molida fresca
· 2 cucharadas de aceite de oliva
· 1 pollo hermoso, cortado en 8 piezas
· 3 dientes de ajo picados
· 1 cebolla, picada finamente
· La cáscara de 1 limón en conserva cortada en tiras delgadas, y liberada de su pulpa, demasiado ácida
· 1 taza de aceitunas verdes, picadas
· ½ taza de agua
· ¼ de taza de perejil fresco picado
Método
1. Combinar todas las especias en un tazón grande. Macerar el pollo aparte, en un recipiente, con la mezcla de especias, dejándolo reposar durante una hora para que reciba los sabores aromáticos.
2. En una gran sartén, preferiblemente de hierro o en una cazuela de barro, calentar el aceite de oliva a fuego mediano alto (puede ser en un tagin). Añadir los trozos de pollo, espolvorear ligeramente con sal (¡cuidado con la sal!, ya que las aceitunas y los limones son salados), y saltear durante aproximadamente cinco minutos. (Si se hace en tagine de barro, mejor a fuego medio) . Añadir al salteado ajos y cebollas picados finamente. Cubrir y dejar cocer durante 15 minutos.
3. Añadir las rodajas de limón en conserva, las aceitunas, las pasas y ½ taza de agua. Llevar a fuego lento e ir disminullento el calor. Tapar y vigilar durante unos 45 minutos. Después, a fuego muy, muy lento, unos 30 minutos más, hasta conseguir que la carne se enternezca y quede jugosa.
4. El punto final es añadir la mezcla de perejil y cilantro frescos justo antes de servir, para aportar así todo su aroma y conservar su preciada vitamina C.
5. Puede presentarse acompañado de cuscús o arroz basmati integral (apto así para dieta Montignac, la dieta apropiada para gourmets).
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lunes, 1 de diciembre de 2008
LA RAÍZ DE LOS BÁRBAROS (la raíz que nos enseñó Bárbara): apreciado ruibarbo
Espléndido y delicadamente ácido llega el ruibarbo a nuestra mesa. Y ante su crujiente textura, nos viene a la memoria con qué sorpresa, ¡amigos!, nos iniciamos los humanos en ese gusto de características punzantes: el ácido. Realmente, junto al amargo, sabor si cabe aún más difícil, forma parte de nuestras pruebas iniciáticas gustativas para acceder al mundo de los adultos.
A nuestra admirada y buena amiga Bárbara Paroni, que disfruta de un entorno espléndido en su hermoso pueblo de Saanen, debemos el placer de haber degustado una deliciosa y casera tarta de ruibarbo, de la que os ofrecemos la receta, para regalaros así la oportunidad de poder compartir este agradable sabor, siempre que consigáis encontrar por vuestra geografía la estimada planta bárbara, ¡claro está!. Nosotros aún no la hemos conseguido por aquí. Si alguien sabe dónde, no dude en explicárnoslo.
Un poco de historia. Rheubarbarum y rhabarbarum, en latín medieval, ambos términos son procedentes de la forma griega rabarbaron que Isidoro de Sevilla relacionaba con el griego riça (raíz), para sostener que era la raíz de los bárbaros.
Rheum es el género que aglutina a una treintena de especies de plantas herbáceas vivaces de la familia de las poligonáceas.
El ruibarbo lo rastreamos en un origen siberiano, y también parece ser que China tuvo la fortuna de disfrutarlo como planta medicinal durante siglos.
Mirando a los clásicos, comienza a apuntarlo Dióscorides , en sus remedios medicinales
(III, 3.2. 317), donde lo llama rhâ , rheon o rhion (Rhâ es la designación del río Volga, zona de procedencia de la variedad mencionada por él). También, "Rha ponticum", es decir, "rha" del Ponto (Mar Negro). Dice así:
"Nace en lugares más allá del Bósforo, de donde también se trae. Su raíz es negra, parecida a la de la centaura mayor, aunque más pequeña y más rojiza, no tiene olor, es porosa, ligera. Tiene más efecto el no agusanado. De sabor pegajoso con una astringencia moderada, y el que al ser mascado amarillea y se vuelve algo azafranado en su coloración.
Bebido es eficaz contra las flatulencias del estómago, la distensión, dolor generalizado, convulsiones, desgarros, males de bazo, de hígado, de riñón, retortijones, afecciones de la vejiga y tórax, tensiones en el hipocondrio, dolores de útero, ciáticas, esputos de sangre, jadeos, hipos, disenterías, afecciones de vientre, fiebres recurrentes, mordeduras de fieras. Las dosis son semejantes a las del agárico en relación a cada mal, haciendo uso de la misma cantidad y de los mismos líquidos, en vino de miel a los que no tienen fiebre, pero a los que la tienen con aguamiel; a los que padecen de consunción con vino dulce; a los que están del bazo con ojimiel; a los que están del estómago, mascado y tragado, sin ningún líquido. Elimina también manchas, lívidad y excrecencias cutáneas en ungüento con vinagre y diluye todas las hinchazones duraderas aplicado en cataplasma con agua. Su virtud más notable es la astringente con cierta cantidad de calor".
Plinio (NH, L.XXVII, cap. 12) por su parte, habla de la planta como de la rhacoma, que dice provenir de aquellas regiones que están sobre el Ponto. Su raíz, añade,
"es semejante al costo negro, menor y algo más rubia, sin olor, caliente al gusto y astringente. La misma, triturada, da color de vino, que se inclina a azafranado. Aplicada por linimento mitiga los tumores e inflamaciones. Sana las heridas. Hecha linimento con vino paso, mitiga las lágrimas de los ojos, y con miel quita las señales hechas en el cuero, y con vinagre otras manchas lívidas. Su harina se esparce contra las llagas malignas, y a los que escupen sangre se da peso de una dracma en agua, y a los que padecen disenterías y celiacas, si carecen de calentura, en vino, y de otra manera, en agua. Tritúrase más fácilmente teniéndola la noche antes en agua. Dase a beber su cocimiento con doblada cantidad para las roturas y convulsiones, y caídas de alto. Si hay dolores de pecho, se añade algo de pimienta en agua fría. Y aplicada por de dentro, por de fuera, aprovecha a los que escupen materia. También a los que tienen mal de hígado o de bazo o ciática, para los males de riñones, suspiros y asma. Sana las asperezas de la caña del pulmon en vino paso, triturada cantidad de tres óbolos y bebida, o su mismo cocimiento. Purga también, y limpia los empeines puesta sobre ellos desatada en vinagre. Bébese contra las inflaciones y resfriados y calenturas frías, zollipos, tortijones, asperezas, gravedad o cargazón de cabeza, vertígines malancólicas, dolores de cansancio y convulsiones".
A su acidez, con un singular punto astringente, se suma su extraordinaria textura, ya lo hemos dicho, pero es que, además, tiene una particularidad más, la cesión de su cromátismo tornasolado: si mordemos sus tallos crudos, la saliva quedará teñida de amarillo anaranjado, ya lo dijo Plinio, y un crujir fresco se escuchará entre los dientes, cuando se mastican. ¡Cuidado!, por cierto, que sus hojas contienen un principio tóxico. En medicina, en dosis controladas resulta tónico y laxante. ¿Qué más decir después de lo que ya explicaban nuestros dos sabios clásicos?
Pues ahí va la anunciada receta, bien sencilla, ¡por cierto!. Un abrazo, Bárbara, gracias por tus cuidados y tu extraordinario cariño. La receta y el pastel los disfrutamos a vuestro lado y pasamos unos momentos inolvidables contigo y con Mario.
PASTEL DE RUIBARBO DE BÁRBARA.
Para la base (masa):
- ¼ Kg de harina
- 1 cucharadita de café de sal
- 200 grs. de mantequilla poco ablandada
- 2 dl. de agua
Para la cubierta:
4 huevos
2 cucharadas grandes de harina
Avellanas o almendras molidas
1 chorreón de leche
2 cucharadas de azúcar
400 gramos de ruibarbo fresco
Deshacer entre los dedos, con energía y rapidez la harina con la grasa no ablandada en exceso. Una vez en su punto, perfectamente maleable, se extiende con un rodillo sobre una bandeja de horno, dándole unos cortes. Sobre ella se espolvorean las avellanas o almendras molidas no demasiado finas, se extiende el ruibarbo troceado y finalmente, se vierte la leche batida con los huevos y el azúcar. Hornear hasta conseguir el punto deseado y ¡buen provecho!
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jueves, 27 de noviembre de 2008
EL DESCANSO DE ODISEO
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martes, 25 de noviembre de 2008
DIETA NEANDERTAL
El resultat de l'estudi ens mostra com a la dieta dels Neandertals no hi havia consum habitual d'animals aquàtics ni cap consum apreciable de plantes. Els investigadors conclouen que obtenien les proteines de forma gairebé exclusiva de menjar herbívors. La manca d'ingestió de plantes pot indicar que la flora a la regió no era adient per al consum.
Es podria concloure, així mateix, que l'obtenció dels nutrients necessaris feia imprescindible la cacera sistemàtica i necessàries les habilitats de comunicació i organització del grup. Tampoc podien ser carronyaires habitualment.
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viernes, 21 de noviembre de 2008
FLORA IBÉRICA
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jueves, 13 de noviembre de 2008
EL TÚNEL
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viernes, 12 de septiembre de 2008
CICERONE PRACTICVM AL MUSEU NACIONAL D'ARQUEOLOGIA DE CATALVNYA
Se cree que la palabra proviene de la facundia y el tipo de enseñanza practicados por Marcus Tullius Cicero. Como tal término, parece que se usó antes en inglés que en italiano, sin ir más lejos, encontrándose la cita más antigua en el Dialogue on Medals (Diálogo sobre medallas) de Joseph Addison, publicado póstumamente en 1726. Parece que la palabra se utilizó en primer lugar para describir a anticuarios con conocimientos que mostraban y explicaban a los foráneos las antigüedades y curiosidades del país (así es como lo define el New English Dictionary de 1762). Es curioso constatar como el español Diccionario de Autoridades (editado el 1726) aún no recoge el término. En ésta minuciosa recopilación de la lengua española, sólo podemos encontrar la palabra "ciceroniano" (perteneciente al estilo de Cicerón) recogiéndola, a su vez, del padre Rivadeneyra, que la usó en su Flos Sanctorum, obra redactada a finales del siglo XVI.
No hay que confundir este autor con el impresor y editor del siglo XIX Manuel Rivadeneyra impulsor de la imprescindible Biblioteca de Autores Españoles, colección dirigida inicialmente por el mismísimo Bonaventura Carles Aribau y continuada, entre otros, por Menéndez Pelayo.
El cas és que el proper 9 d'octubre, al Cicle "Cicerone", KuanUm!, dins la seva línia didàctica pronunciarà una conferància pràctica :"Dels objectes als sentits. La cuina romana". Seran encarregats de dictar-la Juana María Huélamo i el doctor Josep Maria Solias, ambdós membres actius i fundadors de KuanUm!.
Ja sabeu, dins l'esplendid marc que és el Museu d'Arqueologia de Catalunya, ubicat a la muntanya de Montjuïc, ens podem trobar el dijous 9 d'octubre, a les 19 horas. Allà hi serem.
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martes, 2 de septiembre de 2008
OBRADOIROS DE COCIÑA ROMANA NO VICVS ROMANORVM
Vigo recreia no VICVS ROMANORVM 2008, a sua primeira festa romana, organizada pelo CCA VIGOVELLO 31/07/2008.
Na CCA organiza entre os días 1 ao 7 de setembro de 2008 a primeira festa romana de Vigo, baixo a denominación de VICVS ROMANORVM MMVIII. Desenvolveránse numerosa actividades durante estas datas: conferencias, exposicións, obradoiros de espadas (gladius), cascos, escudos (scutum) para nenos, desfiles, recreación da vida romana nun "castra", desfile de lexionarios, zona de xogos (ludus) romanos, semana gastronómica de tapas de inspiración romana, obradoiros de cociña a cargo do grupo de recreación histórica KuanUm!, decoración de rúas, cine de romanos (peplums), e moitas sorpresas mais.
O noso pasado nos persigue... deixemos que nos colla.
El equipo KuanUm! quiere agradecer de todo corazón la amabilidad, entrega, y sobre todo, ILUSIÓN, puesta por todo el equipo de la organización y nuestros colaboradores. A todos: Anxo, Valtierra, Pilar, Sonia, Clementia Máxima, Petronia y Lucina nuestro abrazo y consideración. A los participantes en los talleres, ¡GRACIAS! por vuestra acogida. ¡Hasta siempre!. El atardecer en la ría fue el colofón perfecto para unos días inolvidables.
LA ALIMENTACIÓN IBÉRICA: UN GUSTO MEDITERRÁNEO
A la Cadira del Bisbe, Premià de Dalt, Barcelona, amb motiu de la seva inauguració, KuanUm! oferirà tallers i degustació el proper 28 de setembre d'11,30 a 18 hores. Amics, us hi esperem!
domingo, 31 de agosto de 2008
UN JOC ROMÀ? - ¿UN JUEGO ROMANO?
Al lado del larario que siempre hay en casa de cualquier arqueólogo (dedicado a sus dioses tutelares: E.C. Harris, Gordon Childe y Harrison Ford) se pueden encontrar las revistas de lectura imprescindible: "Hola", "Diez Minutos", "Lecturas" y... "Radiocarbon".
Un dato más es el de que los investigadores no saben con certeza el material de su composición. Están seguros de que no se trata de madera (excepto, tal vez, el palo). Nos planteamos si tal vez fuera un tipo de resina vegetal con algún aglutinante, un tipo de material que, a veces, puede parecer que se rastrea en algunas fuentes.
I perquè aquesta dissertació? Doncs perquè el proper diumenge dia 14 de setembre, a Olèrdola farem la reconstrucció històrica del "defrutum", com venim fent des de ja fa cinc anys i perque en aquesta ocasió, anirà acompanyada de jocs, com ja vam fer l'any passat. US HI ESPEREM!
viernes, 29 de agosto de 2008
DE VUELTA
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lunes, 14 de julio de 2008
MORETUM, UN POEMA GASTRONÓMICO
HOY COCINAMOS EN VERSO… un MORETVM
Éste, en definitiva, no hace más que recoger un plato que debió ser bastante habitual entre los romanos, y que, probablemente constituyó el ientaculum de muchos de ellos.
¿Qué era el moretum? Consistía en una especie de salsa más o menos sólida hecha, según el poema, de queso más bien seco, que se trituraba y mezclaba dentro de un mortero aromatizándolo con ajo, una pizca de sal, oruga (jaramago), cilantro, aceite y un poco de vinagre, todo bien mezclado con paciencia y sabiduría pragmática. Una evocación nos viene a la memoria: ¡un alioli! Pues tal vez este moretum sea una de las primeras expresiones de nuestra salsa actual que acompaña todo género de platos, aromatizando y completando sabiamente sabores de arroces, pastas, carnes, verduras o pescados.
De todas maneras, como en cualquier evolución, hubo un camino muy largo hasta llegar a nuestros tiempos. Esta salsa fue muy conocida en la Península Ibérica en época medieval y moderna bajo los nombres de almadroc o almodrote, palabras de origen mozárabe, probablemente evolucionadas del latín moretum por entrecruzamiento con el árabe madrus (masticado, pulverizado). Su uso constante se halla testimoniado por recetas de los libros más antiguos de la cocina medieval del reino de Aragón y de los otros reinos cristianos de la Península Ibérica -los de Sent Soví y Nola- y da lugar a múltiples variantes con la aplicación de nuevos elementos: yemas de huevos duros, manteca, caldo de cordero, especias, leche de almendras…
Olérdola: Elaboración popular de un moretum, de la mano de KuanUm! en la VI fiesta de la vendimia romana.
Pero vayamos al grano, y puesto que la receta y su autor han sido anunciados, parece haber llegado el momento de atender a la lectura de un fragmento de ese evocador poema:
“(85) Aquel día, pues, pensando en algún alimento (Símilo, el narizotas protagonista), había entrado en el huerto; y en seguida, hurgando ligeramente la tierra, hunde los dedos y saca cuatro cabezas de ajo con las raíces fibrosas; después arranca unas gráciles cabelleras de apio, un brote de ruda y unos cilantros que cuelgan aferrados a un hilo sutil. Una vez cogido todo, se sienta cerca de una lumbre alegre y pide a la sirvienta, en voz alta, un mortero. Entonces desnuda cada cabeza de ajo de su envoltorio nudoso, la despoja de sus vainas externas, que con desdén lanza aquí y allá por tierra y aleja. Sólo conserva de la planta los bulbos, los moja de agua y los deja caer en la cavidad de la piedra (el mortero). Extiende granos de sal, añade costras de queso que la sal va endureciendo, lo liga todo con las hierbas de que he hablado, y, con la mano izquierda, se arremanga la túnica hasta las ancas peludas; con su derecha comienza a triturar bajo la mano del mortero los ajos olorosos, y, a continuación, muele todas las hierbas que entremezclan los jugos. Su mano gira en círculo: poco a poco cada planta pierde su propia virtud; de todos los colores se hará uno solo ("e pluribus unum", por otra parte flamante lema de los Estados Unidos de Norteamérica, véase si no el billete de dólar de la imagen), pero no todo verde, porque las porciones lácteas se le oponen, ni de un fulgor de leche, porque estas hierbas de todo tipo la han alterado. A menudo un acre olor embiste las narices abiertas del hombre, y su comida maldita le provoca una mueca; a menudo, con el revés de la mano se enjuga los ojos lacrimosos y, enfurecido, maldice al humo que no tiene culpa. Proseguía la tarea; ya no saltaba como antes la mano del mortero, sino que giraba, más pesadamente, en círculos lentos. Es el momento en que Símilo vierte unas gotas de aceite de Palas (de oliva, porque Palas es la diosa del olivo) y espolvorea por encima lo picante; da un golpe de vinagre y vuelve a mezclar la pasta, y, una vez bien mezclada, la remueve. Entonces, por fin, con dos dedos contornea los bordes del mortero y amasa las porciones separadas de la pasta en una sola masa para conseguir el aspecto y el nombre de un moretum bien hecho (119)”.
Acompañan a ésta entrada, un par de viñetas del cómic "Moretum", que Esperanza Gonzalo, Pablo Palomar y Silvana Solias, afines y miembros de la familia KuanUm! realizaron ahora hace un año.
Y ahora, en nuestra cocina, tomaremos el mortero y… ¡manos a la obra!
EL MORETUM ROMANO (Apéndice Virgiliano, escrito aproximadamente a finales del siglo I aC)
Ingredientes para 4 personas:
-Queso de cabra o de oveja, más bien seco (puede plantearse como una receta de reciclaje)
-2/3 dientes de ajo (a voluntad)
-sal gruesa
-unas cuantas hojas verdes de apio
-unas hojas de ruda
-unas hojas de cilantro
-aceite de oliva para ligarlo.
-Vinagre, el suficiente para darle, al acabar, un punto gustativo.
Cómo se hace: Machacar en un mortero los dientes de ajo remojados, con unos granos de sal gruesa, y añadir posteriormente, brevemente troceadas las hojas de apio, un poco de ruda y el cilantro. Se mezcla todo con el queso, trabajándolo poco a poco, de manera circular, mientras se le va añadiendo el aceite de oliv. Cuando ya está ligado todo, añadase un poco de vinagre. Ha de quedar una salsa de una consistencia densa para untar el pan. Es deliciosa: ¡prosit!
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