Os presentamos ahora una receta ancestral, extraída del librito Panis, recien, recien horneado por KuanUm! y publicado por el Museo de Badalona, bajo la dirección de Joan Mayné, y con la laboriosa coordinación de nuestra querida amiga Ester Gurri (¡un saludito Esther, súper curranta!).
Y la transcribimos, para que podáis disfrutar, amigos, de nuestro patrimonio cultural, recreando sabores milenarios en vuestras mesas, que siempre es un placer.
Ahí va, y si os apetece preparar un aperitivo romano, ¡tomad nota!
CATILLVS ORNATVS
PLATILLO DE PASTA VERDE DE LECHUGA
¿Quien dijo que los romanos no conocían la pasta?
Ésta preparación culinaria, de nombre tan particular, aparece referenciada en la obra de Ateneo de Naucratis, dentro de una lista de postres: después de la cocción, conviene endulzarlo con miel.
Si el maridaje de lechuga y miel os parece atrevido podéis convertir la preparación en un plato salado y servirlo como aperitivo, acompañado de una aqua mulsa inveterata (hidromiel envejecido) bien fresca.
El nombre de ésta preparación, catillus ornatus, posiblemente haga referencia a la manera ornamental de presentar la pasta dentro del recipiente, el catillus.
Ingredientes:
1 lechuga hermosa del mejor verdor
1 cogollo o lechuga más pequeña para emplatar ornamentalmente
200 gr de harina
10 cl aproximadamente del jugo de la lechuga
5 cl de vino blanco seco
1 cucharada de manteca (puede sustituirse por mantequilla) Sal
Pimienta negra a voluntad
Procedimiento:
1. Licuad las hojas de la lechuga mediante el extractor de jugos (licuadora eléctrica). Los romanos debían hacerlo con la ayuda de un mortero y un colador.
2. Mezclar la manteca el jugo de lechuga y el vino con la harina, añadir sal y trabajar la pasta que ha de quedar de un precioso color verdoso.
3. Una vez conseguida la consistencia de masa de lasaña, dejar reposar aproximadamente una hora. 4. Estirar, sobre la encimera enharinada de la cocina, de la misma manera que para fabricar pasta italiana.
5. Se cortan con un cuchillo tiras alargadas de un dedo y medio de ancho y se retuercen un poco.
6. Seguidamente, se sofrien en aceite de oliva bien caliente. Han de quedar de un precioso color verde.
7. Se escurren y presentan sobre las hojas del cogollo de manera decorativa en un plato ancho con un poquito de borde. 8. Salpimentar y servir acompañadas de hidromiel fresco. Si preferís el maridaje con miel, ya sabéis un chorro decorativo miel sobre la pasta.
PROSIT!