GALLETAS SHAYT: UNA DULCE RECETA DESDE EL ANTIGUO EGIPTO
Aunque no abundan las representaciones de repostería en la iconografía egipcia, sí se puede encontrar un preparado singular: las famosas galletas shayt .
En la tumba
tebana del visir Rekhmire, que se remonta al reinado de Amenofis II (1450/1425 a.C. hasta 1420/1400 a.C.,
dinastía XVIII), se pueden observar los diversos pasos en su elaboración.
La
base de estas galletas son los rizomas de chufa (Cyperus esculentus), llamada ouah
en Egipto, y que hoy forman parte de nuestra deliciosa "horchata de
chufas".
Si quieres introducirte en los gustos
faraónicos, prueba a hacer en tu cocina estas galletas. Aquí tienes la receta
actualizada a nuestros fogones actuales:
Ingredientes:
1. 150 gramos de harina de chufas
2. Una pizca de sal
3. 50 gramos de dátiles de buena calidad, a los que hay que retirar previamente la semilla o hueso interior
4. 1 vaso grande de agua
5. 50 gramos de miel
6. Aceite de oliva suave para la fritura (puedes añadir un poco a la masa para facilitar su preparación).
Cómo se hacen:
1. Mezcla la harina de chufas con el agua hasta conseguir una pasta que se pueda trabajar con firmeza.
2. Retira los huesos de los dátiles y pica la pulpa muy finamente en una tabla de cocina con un buen cuchillo.
3. Aparta a un bol, y allí amasa la pulpa de los dátiles junto con la miel, añadiéndola poco a poco hasta conseguir una textura similar a la de una confitura.
4. En el mismo bol, mezcla la harina de chufas con esta pasta de dátiles y miel, añadiéndole un poco de agua y unas gotas de aceite. Procura que la masa esté perfectamente amalgamada con todos los ingredientes y tenga la humedad correcta, de tal manera que al final quede jugosa por dentro y tersa al exterior.
5. Ha llegado el punto del modelado: se han de realizar pequeñas formas triangulares que no superen los 50 gramos de peso ni 1 cm de altura.
6. Dispón en una sartén o en una freidora, abundante aceite de oliva de sabor suave, bien caliente, y procede a la fritura, hasta que queden consistentes. Busca el punto justo: ni secas ni quemadas: ¡como le gustan al visir!
7. Enfría y sirve con una cerveza, o si prefieres el sabor dulce, con una horchata de chufas muy fresca, o incluso con un vino blanco afrutado.
Fuente: Papiro Ebers.
Bardinet, Therry (1995) Les papyrus médicaux
de l’Egypte pharaonique. Paris: pág. 269-271