COMER COSAS RARAS: ¡A COMER ROEDORES!, I. De aquí y de allá
Miguel Delibes convirtió a las ratas en el "símbolo" de la miseria de Castilla, en su famosa novela del mismo nombre, publicada en 1962. Son dos los grandes protagonistas, el Nini y su padre, el Tío Ratero, cazador de ratas para alimentarse.
Para sorpresa de muchos en nuestros días, el Nini no tiene nada que ver con nuestros homónimos coetáneos: es un niño de once años que vive en una cueva apartada del pueblo, vulnerable también al desahucio, únicamente con su padre, una especie de sabio al que todos acuden con dudas sobre la cosecha, la lluvia, los animales o el santoral, y que parece poseer todos esos conocimientos por ciencia infusa.
El Tío ratero cazaba unas ratas de carne suave y de mejor gusto que el conejo. Comer ratas parecía representar uno de los mayores gozos de sus protagonistas, algo mejor que levantarse en verano a la una de la mañana para ir a las tierras a recoger la mies a tientas, echarla en el carro y llevarla a las eras. Ya se lo decía Justito, el alcalde, al gerifalte provincial: "Son buenas, jefe. Fritas con una punta de vinagre son más finas que codornices".
Al rico aperitivo de rata neoyorquina |
La idea de rodear su vida de ratas surgió cuando Ginn pensó en que estos roedores, que inundan la ciudad, podían servir de un modo perfecto para sobrevivir. Su reto era "explorar la autosuficiencia en un entorno urbano" y "dar a la gente la oportunidad de ser realmente conscientes de su relación física con el mundo que les rodea".
Ratas cocinadas en Vietnam |
Actualmente su consumo es propio de gastronomías de diversas geografías: prueba de ello son los 25 millones de ratas que al año son comidas en Vietnam, como exótico manjar, fritas o a la parrilla, y en muchas ocasiones maceradas en salsa de pescado, el garum contemporáneo de los países asiáticos.
También en la cocina peruana se come algo parecido a un conejillo de indias, pero de aspecto realmente "ratuno", que es el cuy (si te atreves, puedes ver parte del proceso de su preparación en el video filmado en la "Picantería Doña Lucila" por Paco Nadal). Conocido es el plato: de cuy frito chactado, o sea, bien aplastado en la sartén.
Pero de lo que queremos hablar aquí es de la interesante crianza de otro tipo de ratón, el lirón o glis. Y por supuesto, de quienes hicieron de ello un negocio próspero, aprovechándolo gastronómicamente hablando. Nos referimos a la cría de lirones que llevaron a cabo los antiguos romanos, y que realizaban en el interior de esas extraordinarias jaulas que llevaban por nombre glirarium.
Lo dejamos para la siguiente entrada, cuando se acomode el rey Melchor, pero antes a dormir prontito, que vienen los Reyes Magos, y hacedlo con licencia de ronquido, como el amigo lirón que os presentamos...
Un lirón durmiendo... y roncando
Pronto continuará...
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