LOS PREMIOS IG NOBEL: PARA REÍR Y PENSAR

Leemos en el web "MaxiSciences" que esta semana pasada el equipo de la revista Annals of Improbable Research otorgó la 22 edición de los IG Nobel (un juego de palabras con Innoble), para recompensar las diez investigaciones más locas y raras del último año.

Pero hay que hacer notar que aunque las investigaciones sean risibles, no son necesariamente inútiles o carentes de aplicaciones. El lema de los IG Nobel es también "primero hacer reír a la gente y luego  hacerla pensar". Los autores de los estudios, en general, se lo toman con muy buen humor y van a recogerlo en persona a Harvard (el viaje tampoco está nada mal).

El premio en la modalidad de neurología, recayó en el equipo de Craig Bennett el cual estudió los escáneres cerebrales ... de un salmón muerto. No es su primer logro, ya que estos investigadores ya habían pasado una calabaza por una resonancia magnética. Sorprendentemente, el pescado mostró actividad cerebral. Sin embargo, no hay peligro de ver surgir un ejército de salmones zombies, ya que el experimento era sólo para mostrar que algunas señales de escáner y resonancia magnética pueden ser mal interpretadas.

En la categoría de física, el equipo de Joseph Keller, que trabaja en Unilever, la compañía matriz de muchas marcas de jabones y champús, reveló los misterios de la forma y movimientos del peinado femenino en forma de cola de caballo. El investigador justifica el interés de sus descubrimientos a The Guardian: "Hemos descubierto que un montón de pelo atado se comporta como un muelle simple, donde la fuerza requerida para comprimir es proporcional a la cantidad de compresión que se aplica. Esta simple evidencia nos permite aplicarla a un gran número de casos y situaciones".

Por otra parte, se ha otorgado un premio IG Nobel de la Paz a una empresa que convierte municiones en diamantes. Johan Petterson, por su parte, ganó el premio de química por haber resuelto el misterio de las personas cuyo cabello se volvió verde en un pequeño pueblo sueco.

El equipo de Ruslan Krechetnikov ganó el premio a la dinámica de fluidos a través de su contribución a un fenómeno bien conocido: por qué el café se agita en una dirección y esta se invierte cuando se camina con la taza en la mano. En cuanto al premio de anatomía, se galardonó a un equipo holandés que descubrió la asombrosa habilidad de los chimpancés para reconocer a sus compañeros únicamente mediante la foto de sus culos.

Y la Oficina de Contabilidad General de los Estados Unidos ganó el premio de literatura, nada menos que por un informe que recomienda redactar un informe que recomiende las normas para la preparación de informes sobre la forma de presentar informes (fueron los únicos que no fueron a recoger el premio).

Por último, un equipo francés ganó el prestigioso premio de medicina con un nuevo método para prevenir la combustión de gas intestinal durante una colonoscopia. Suponemos que este descubrimiento nos hará acercarnos a esa revisión con un mejor estado de ánimo.