jueves, 26 de julio de 2007

EL ANTRO DE LA SIBILA

En estos días caniculares hemos aprovechado el final del trabajo con los samnitas para viajar hasta tierras más bajas (aunque también fueron conquistadas por ese pueblo en alguna ocasión). Escribimos desde la capital de la Campania, o sea, Nápoles y hemos pensado en ir a pedir consejo a la Sibila sobre lo que nos deparará el destino.

Vamos hasta Cumas, la primera colonia griega en Italia peninsular. La primera colonia griega de Occidente se asentó enfrente, en la isla de Ischia, donde se fundó Pithekoussa.

Lo primero a valorar sobre la visita es que ¡no hay ningún cartel para llegar hasta el lugar!. Las indicaciones son francamente mejorables. Impresionante el "Arco Felice" que traspasamos a la llegada, una altísima construcción que permite el cruce a distinto nivel de dos vías romanas. Pero aún mucho más impresionante fue visualizar el singular emplazamiento de Cumas: a la orilla del mar, dominando una "chora" relativamente pequeña pero tremendamente fértil.

Llegamos a la ciudad y, casi de repente, nos encontramos ya con un túnel en la roca y, nada más pasarlo, la entrada a uno de los lugares que más ha despertado nuestra imaginación: la boca del antro. Se trata de una estructura en parte excavada en la roca y en parte construída en "opus reticulatum".

Un túnel largo y estrecho donde existe una sonoridad especial (tal vez debida a la forma de la estructura). El túnel presenta espacios laterales a distinto nivel y, al final, se ha de girar a la izquierda. En ese punto se encuentra una pequeña cámara con arco.

Hemos llegado: la vista es sobrecogedora, son los restos de un mismo lugar al que se desplazaron en la Antigüedad los personajes más famosos y, otros anónimos, como nosotros mismos. Todos buscaban saber que les depararía el destino, y todos recibieron una respuesta nada clara, hermética, cosas de mujeres adivinadoras.

Hoy, cuando la cortina de años ha cubierto a todos ellos, y han pasado siglos de polvo y fuego, pervive el esqueleto vacío de uno de los lugares más respetados y temidos de la Antigüedad. El denso silencio hoy reinante, permite valorar los sonidos de un paisaje que cercena entre la ruina y la explosión de una naturaleza que se resiste a desaparecer. Todo dentro del antro nos evoca un pasado lleno de misterio.

La Sibila no estaba, y la lectura de nuestro futuro quedó en el aire. Sin embargo, pasear por las galerías sintiendo antiguas presencias pegadas a flor de piel, fue un auténtico goce para nuestros sentidos. Sigue habiendo lugares mágicos en el planeta... y Cumas es uno de ellos.



2 comentarios:

  1. Un altre cop a la Campània? Aviat hi posareu casa! Teniu raó que visitar l'antre de la sibil·la és emocionant, almenys per als iniciats.

    Records als napolitans coneguts.

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  2. La Sibil.la ens guia a tots cap el nostre desti. Felicitats pel teu nou lloc. Nosaltres estem fent menjar pels sannites. Posarem mes coses quan tornem

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