Sala Cattabia: ¿Un proto-gazpacho romano?
Sala Cattabia — ¿Un proto-gazpacho romano?
A primera vista, este plato de nombre enigmático —sala cattabia— podría parecer exótico o complicado. Pero no te dejes engañar: estamos ante una receta sencilla, fresca y cotidiana que, por su textura y forma de preparación, recuerda sorprendentemente a nuestros gazpachos o sopas frías actuales.
El término sala cattabia aparece en el recetario atribuido a Apicio, el gran chef del mundo romano. Algunos autores piensan que sala podría derivar de sal, aunque el ingrediente ni aparece en la receta. Otros sugieren que cattabia viene de caccabus, palabra que designa el recipiente donde se preparaban mezclas o aliños. En todo caso, lo importante no es tanto el nombre como la mezcla deliciosa de pan, vinagre, ajo, hierbas y queso que se sirve bien fría. ¿Te suena familiar?
Este plato se alejaba de los refinamientos de banquetes imperiales: formaba parte del recetario más humilde y cotidiano. Y un detalle curioso: aunque se dice que Apicio detestaba el ajo, aquí lo encontramos como ingrediente estrella. Quizás esta receta entró en su libro más como recopilación de costumbres populares que como creación propia.
Ingredientes (para 4 personas):
- 4 panecillos tipo Viena (mejor si son del día anterior)
- Miga de pan
- Agua
- Vinagre
- Pimienta negra
- Miel
- Hojas de menta
- 2 dientes de ajo
- Unas ramitas de cilantro fresco
- Queso salado tipo feta
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Preparación:
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Prepara los panecillos: vacíalos con cuidado y reserva las cortezas. Remoja la miga en un bol con agua y vinagre hasta que se ablande.
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Haz un majado: en un mortero, machaca la pimienta, el ajo, la sal, las hojas de cilantro, la miel y
el queso. Cuando todo esté bien integrado, añade aceite de oliva hasta obtener una pasta aromática. - Mézclalo todo: incorpora el majado al bol de la miga remojada y trabaja la mezcla con las manos hasta conseguir una masa suave y homogénea, como una pasta espesa y fragante.
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Rellena y enfría: introduce la mezcla dentro de los panecillos vaciados. Guarda en la nevera al menos un par de horas para que se enfríe bien y se integren los sabores.
- Sirve: presenta los panecillos fríos, coronados con unas hojas frescas de menta. Un bocado sorprendente, refrescante y lleno de historia.
en estos vídeos: Sala Cattabia català y Sala Cattabia castellano
