
Tampoco se quiere referir a ese maravilloso gazapo que enarbola su etiqueta desde que se diseñó, y que nunca nadie ha querido retirar, tal vez cumpliendo con un sueño de imagen propia, tal vez por ese respeto que sentimos muchos humanos a los orígenes. Nos referimos a esa palabra que enarbola la parte superior izquierda de la etiqueta, donde dice: "destillación", en lugar de destilación, ¡todo un detalle!
En fin, que todo en este producto es personal e inamovible, empezando por la misma botella. Su forma se origina en la compra de un perfume de D. Vicente a su esposa, en la place Vendôme de París, y que el tiempo hizo convertir, en un depurado formal del envase de aromas, de botella contenedor de licor a instrumento musical del pueblo, que acompañaba y acompaña las fiestas, con o sin aroma del delicioso destilado de anís estrellado producción "baetulonense del XIX".
Quien quiera leer más tiene una buena información en este artículo: "Anís del mono: 140 años dando guerra".
Lo que queríamos hoy, era plantificar una secuencia de la puesta en escena de esta magnífica botella, en una película de Donnie Brasco, protagonizada por Al Pacino y Johnny Depp, que os invitamos a buscar en la secuencia correspondiente. ¡Ahí está!
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